En estos días el estrés abarca los pensamiento, la presión y los afanes te absorben el tiempo con Dios y el tiempo con tu familia. A veces pensamos que no hay tiempo para nada, pero es solo saber sacar ese momento y dedicarlo a otras cosas, como las que deseamos. En definitiva todos tenemos un sueño, un deseo, un anhelo que puede hasta cambiar el rumbo de nuestras vidas, deseamos a veces ser niños de nuevo para cambiar algo que paso, que cuando adultos entendemos la razón, el porque nuestros padres nos decía: ¨no hagas eso¨, pero hay cosas que ya no se pueden cambiar y es el pasado.
Somos los responsables de nuestras decisiones. Tomar las decisiones correctas solo depende de nosotros, saber priorizar a Dios, ponerlo en primer lugar, la familia y luego el trabajo, ya todo lo demás va después. Sacar tiempo para nosotros mismos, para nuestras familias: esposo o esposa, hijos.
Los celulares, computadoras, IPod’s, tabletas y demás dispositivos son cada vez más comunes en los hogares y hay algunos que hasta tienen uno o más por integrante de la familia. ¿Afecta esto a la comunicación en casa? No podemos responder con rotundidad a esta pregunta porque son recursos que nos ofrecen numerosas oportunidades y, a su vez, suponen algunos riesgos. Todo dependerá del uso, o del abuso, que se haga de ellos.
En estos tiempos la mayoría de las personas dedican más tiempo a estos aparatos; sus ojos y mente están atados a esta tecnología increíblemente. Si nos fijamos todos los miembros de la familia están en las mismas, tomando el ejemplo de los padres, nuestros hijos dedican más de su tiempo libre a utilizar celulares y juegos digitales; ya los juegos de mesa y actividades físicas han quedado en el pasado.
Tomemos en cuenta que esta situación está afectando o ha afectado la comunicación en nuestras familia, las relaciones interpersonal, la sociabilidad, la integridad y el respeto. Esto es lo que queremos para nuestra familia, para nuestros hijos? Empecemos hoy a cambiar esta situación.
Es necesario que conozcamos y entendamos los medios audiovisuales y las tecnologías de la comunicación que consumen y/o pueden llegar a consumir nuestros hijos e hijas. Es imprescindible si realmente queremos educarles en un uso responsable y protegerles de sus riesgos.
Apliquemos normas y utilicemos medios tecnológicos que protejan a nuestros hijos de los riesgos vinculados al uso inadecuado de medios audiovisuales y tecnologías de la comunicación. Es importante que esta labor protectora comience en la infancia, con medidas como las siguientes:
– Delimitar el número de horas que pueden dedicar a la televisión y al resto de pantallas.
– Delimitar los horarios.
– Evitar que dispongan de televisión u ordenador en su habitación, ya que las posibilidades de
supervisión se reducen.
– Delimitar la edad a la que pueden disponer de teléfono móvil.
– Definir con claridad normas respecto al tipo de programas de televisión que pueden ver o el
tipo de páginas web a las que pueden acceder.
– Observar la clasificación de los video juegos antes de comprarlos.
– Poner filtros en Internet.
En la medida que nuestros hijos van creciendo, se deben ir modificando y adaptando las normas. Apliquemos esto también para nosotros y demos el ejemplo.